El apellido Rothschilds ha sido y es sinónimo de la Orden de Los Illuminati, probablemente porque esta familia utilizó siempre a la Orden como medio para obtener sus objetivos de dominación mundial.
La historia familiar de los Rothschild es verdaderamente interesante, y, no hay duda, de que si no fueran lo que son, y Hollywood no fuera lo que es, les hubieran dedicado más de una película contratando a las fulgurantes estrellas de momento. En 1934 hizo una titulada “La Casa de los Rothshild” , dirigida por Alfred Werker y no recuerdo que se haya visto en TV española, pero sería muy interesante poder verla.
Mayer Amschel Rothschild el creador de su inmensa fortuna (1743-1812) nació en Frankfurt, Alemania, hijo de Moses Amschel Bauer, banquero y orfebre. Su apellido realmente viene de “red Shield” (que derivó en Rothschild), ya que un escudo rojo colgaba de la puerta de la tienda de su padre y había sido el emblema de los judíos revolucionarios en Europa del Este.
Después de la muerte de su padre, Mayer trabajó como oficinista en un banco que pertenecía a los Oppenheimers, llegó a ser socio junior y pronto fundó su propio negocio de monedas de colección raras. En 1769 pasó a ser un agente de la corte del príncipe IX de Hesse-Kassel, nieto de Jorge II de Inglaterra, cuñado del Rey de Suecia. Pronto los Rothschild se convirtieron en intermediarios para los banqueros más importantes de Frankfurt.
Más tarde, la familia amplió su negocio a anticuarios, importación de materiales de Inglaterra, vino y comenzó a amasar una interesante fortuna. El príncipe Guillermo heredó la fortuna de su padre y los Rothschild hicieron préstamos en secreto al Gobierno danés dejando como beneficiario al Príncipe.
Los hechos históricos se desarrollaron de tal forma que permitieron a los Rothschild obtener el control financiero de Europa.
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